"Angelina o el honor de un brigadier" en el Lope de Vega

Más de una semana va a estar en el Lope la nueva vieja -ya lleva un año rodando por España- producción de Pérez de la Fuente que se ha parado en Jardiel Poncela esta vez para montar su "Angelina" y hacer un tipo de teatro que es pura parodia, pura fantasía, puro sentimiento infantil. Ha tenido la precaución, eso sí, de elegir un reparto de altura, porque si no la cosa podría haber descarrilado en función de instituto privado. De Jardiel no voy a descubrir nada, sus altibajos creativos demuestran la verdedera vocación del hombre, que era el juego y la sonrisa o sea la guasa. A mí me gusta Jardiel por la misma razón que Benavente le gustaba a Gómez de la Serna y a Jardiel. Este tipo de frases es muy de algunos escritores de hoy que imitan a los de la época y son, en definitiva, unos oxidados. El madrileñismo de Jardiel, de Chueca era mozo y en Chueca la palmó, es de lo menos gracioso de su teatro pero como su teatro es, en muchos casos, una parodia de otros teatros y otros géneros, pues se le cuela la Corte y el deje detestable. Pero crece tanto Jardiel cuando mira al Altántico que le perdonamos hasta lo de la Virgen de Atocha.
Aquí dejo la crítica para el Diario de Sevilla.

Y aquí el vidrio. Ea.