"Las tres hermanas", drama en cuatro actos

Leer Las tres hermanas hoy, y reencontrarse con algunos de los temas favoritos de Chéjov: el tedio, no avanzar a ninguna parte, aburrirse, autoengañarse con futuros improbables, no cumplir las propias espectativas ni las de los que nos rodean. Me llama la atención que el motivo de las tres hermanas sea tan recurrente en la tradición literaria popular de muchos pueblos y que llegue, sin ir más lejos, hasta el mismo Woody Allen. Pero esto no es cuento, esto es un drama. El drama de una familia arrastrada a la vulgaridad, la esterilidad, la rueda rutinaria de una existencia sin gracia ni compañía grata. Hay un dolor en las tres hermanas que se llama decepción, ninguna de ellas, ni Olga, ni Masha ni Irina son capaces de superarla. Quizá deba ser así y no importe nada, como afirma en varias ocasiones el doctor Chebutikin "aunque en realidad, claro, todo es absolutamente igual". Pero por qué hoy es moderna esta obra, por qué habla tan a las claras de un espíritu que aún es el paradigma de nuestra sociedad. ¿Habrá, como afirma Vershinin -simple y adúltero-, un futuro de hombres mejores, más formados que mire nuestra alma como la de un animal diferente, o por el contrario -como dice Tusenbach- seguiremos siendo un mismo corazón y teniendo los mismos anhelos? El hombre que aquí se retrata, en este drama desasosegante y desesperanzado, es el espejo más claro en el que hoy me puedo mirar. ¿Soy el Andrei engordado, soy la Irina que finalmente entiende la mentira de la esperanza, soy la Olga atrapada en su soltería y su Liceo, o la Masha hastiada, o Saloni o Tusenbach? ¿Una campana en la que se puso tanto tiempo y tanto dinero y que en el momento de subirla para que tocase se cayó al suelo quedando inservible, sin ton ni son? ¿Cuánto puede pesar una aspiración o una espectativa no cumplida? ¿Cuánto un deseo no realizado? Y peor aún, qué hay en la rutina de pequeño veneno cotidiano que nos va transformando en seres alejados de la belleza, del pensamiento y la bondad, en seres momificado, petrificados, horribles, inútiles. Leer hoy Las tres hermanas es algo de esto, y más.
De Eduardo Coutinho, del que Manuel J. Lombardo ya me recomendó "Jogo de cena" cuelgo el trailer de "Moscou", un "Las tres hermanas" que hay que ver. Bien.