'Almuerzo en casa de los Wittgenstein' en el Teatre Romea

Pero antes de hablar del 'Almuerzo...' y antes de hablar del Romea, os dejo tres fotos de Thomas Bernhard. Una con un libro, otra haciendo el prao de su casa y la última en la tumbona, exactamente lo mismo, y creo que es el único parecido al que puedo aspirar, que hice este maravilloso verano entre Barcelona y Celis. Las fotos de Erika Schmied.







Y ahora al teatro: Sí, conocí el teatro Romea -del que, por cierto, Calixto Bieito se despide esta temporada- en Barcelona. Es un teatro sencillo y tirando a ocre, un poco triste, casi como un teatro de la antigua RDA con un buen bar y un vestíbulo un poco a lo hotel de tres estrellas de Torremolinos. Pero está en el ajo, muy cerca de la Rambla, en el viejo barrio Chino y ver la cola de público mezclada con los turistas -una multitud, el menda incluido- y la exótica nueva población del Rabal, da una cierta alegría tonta, la misma, aunque con más hambre, que sentí al salir a la sofocante noche barcelonesa más fresca sin embargo que el interior del teatro. Pero viva el verano y el Grec, que se alargó hasta el 15 de agosto y por eso pude ver:
"Almuerzo en casa de los Wittgenstein (Ritter, Dene, Voss)" de Thomas Bernhard
1.El almuerzo. Esperamos la hora del almuerzo, Ludwig -Voss-, el hermano, interpretado por Mingo Ráfols, ha vuelto a casa después de una larga temporada en un psiquiátrico. Las hermanas, Dene (Carmen Machi) y Ritter (Ángels Bassas) se enfrentan dialécticamente a la hora de explicar la locura del hermano, la situación familiar y sus propias vidas. En torno a la mesa del comedor las réplicas de Dene, la hermana mayor que adora al hermano y es incapaz de ser crítica con su familia, y las contrarréplicas de Ritter, hermana menor, hastiada y crítica con todo pero incapaz de ninguna resolución personal que la aleje de aquel mundo, abarca todo un larguísimo primer tiempo de la obra en el que se espera la hora del almuerzo, momento en el que Voss, el hermano, aparece. ¿Y qué ocurre en el almuerzo?


2.La casa. La casa es el símbolo del pasado, del sitio en el que se encuentran y del que no pueden salir a pesar de los sarcasmos de Ritter, y a pesar de la violencia con que Voss se enfrenta a aquellas cuatro paredes. Pep Duran ha sido el encargado de la escenografía, realista y avejentada, yo en su lugar habría optado por un mayor lujo decadente y por una impresión de ratonera en el espacio, quizá ayudado un poco más por la iluminación. En general me pareció un poco vulgarote pero nos sirve. La casa y todos sus elementos: la vajilla, los cuadros, los manteles, todo huele a pasado, a un pasado que los aplasta. Y hay que romperlo todo.
3.Los Wittgenstein. Durante el almuerzo y después de él ocurre lo inevitable. La violencia se apodera de Voss. Reencontrarse con sus hermanas, con la casa de sus padres, los retratos de sus familiares, con la comida que le preparaban de pequeño, todo ese ambiente burgués que desprecia, y el choque de sus opiniones, tendentes a la desesperación y la brutalidad pero que defiende ante sus hermanas con pasión, provocan su nueva huida de la realidad, una huida en la que arrastra a sus hermanas mientras se discute de filosofía, de música, de cómo afrontar los recuerdos y el futuro, de la locura, de la extorsión y la corrupción de la sociedad, de las costumbres de una burguesía podrida, de la pintura, del teatro, en fin, todo un retrato de una familia que se obliga a mirarse a un espejo retratando, así, un mundo y una época.


La dirección de Mestres es apenas intervencionista con la forma en la que hasta ahora se ha interpretado la obra, pero creo que ha acentuado poco los comentario y momentos humorísticos llevándolos casi siempre a lo grotesco y la desesperación; esta obra sin ese humor amargo es un peñazo, francamente. Quizá los actores se den cuenta pero no llega al público. Creo que en esto Bernhard era un poco tontón; hacía lo que quería, claro, pero tenía como una incapacidad para pensar en el público y en que normalmente los directores se arriesgan poco y que está muy bien que tú te lo pases bien escribiendo y los actores bien actuando pero concede que el público también se lo pase un poco bien. Vi unas caras que no se merecían aquello. Eso sí, si quieres escribir teatro, Bernhard es un máquina de fabricar ideas, un auténtico puesto de churros.

Pd. 1. Existe edición en castellano en la editorial AH, Adriana Hidalgo.
Pd. 2. La obra tiene el nombre de los tres actores que realizarían el estreno mundial: Ilse Ritter, Kirsten Dene y Gert Voss. Aquí el video de estos tres monstruos:



¿Escuchan las risas? No se oyeron en el Romea, ay. Thomas Bernhard puso al comienzo de la obra "Ritter, Dene, Voss. Inteligentes actores"
Pd. 3. Las dos fotos de la obra de Josep Aznar.