Ellen Terry (Segunda parte)

Dejamos a nuestra protagonista recién casada con Edward William Godwin, un arquitecto, diseñador y escenógrafo de personalidad introvertida, amigo íntimo de Wilde y de Whister, unidos entre otras cosas por un gusto común por "lo japonés", y que se convertiría en el padre de los hijos de Ellen (uno de ellos es el destino final de esta entrada). La actriz se retiró durante seis años para vivir con Godwin pero en 1874 regresó a la escena y un año después, en 1875, se separaría de él. Antes de esto, ese mismo año, el Wales Theatre le dio a Godwin el control artístico para montar "El Mercader de Venecia", donde Ellen interpretaba a Portia. Se considera esta representación como la primera puesta en escena "moderna" del teatro inglés.



A partir de entonces y ya incorporada a la compañía de Henry Irving, al que le unió algo más que el trabajo durante veinte años, Ellen alcanzó la madurez y la gloria. Nuevamente "El mercader de Venecia", con Irving como Shylock y Terry, que tenía entonces 30 años, como Portia estuvo 250 noches consecutivas levantando el telón.

Pero demos el salto de siglo. En 1903 Ellen con su hijo Edward Gordon Craig -que también había sido actor en la compañía de Irving-, asume la dirección del Imperial Theatre. Y esta es una de las transiciones generacionales más impresionantes de la historia del teatro. Porque Edward Gordon Craig se iba a convertir con el tiempo en el escenógrafo y teórico de la escena más importante del siglo XX y porque gran parte de lo que hoy vemos en escena fue iluminación de su mente. Claro que en el Imperial Theatre toda la gloria artística se transformaba en ruina económica, cosas que pasan.
¿Es suficiente? Pues no, a esta mujer todavía le quedan muchos años por delante, pasar una guerra, volverse a casar con un jovencito y otras cosas que contaré por aquí.