Roger Bernat se pasa en zemos98



La pocas cosas que he visto de Roger Bernat me han parecido alucinantes. Su teatro-formance, basado en espectáculos cortos con un blanco preciso: reflexionar sobre el público y su condición y sus expectativas, me parece una de las experiencias más serias y talentosas de "lo diferente" -por no llamarlo experimental- en la escena de hoy. No sé si es mejor teórico que autor pero en todo caso, los riesgos que asume están ahí, es una línea muy fina, y en Sevilla pudimos ver pisar esa línea: un gran éxito-fracaso con su provocador espectáculo basado en "Insultos al público" de Handke, "Pura coincidencia". El público aguantó la cola de espera, los 20 minutos de espera en una sala antes de entrar a teatro y unos minutos más también de espera antes de que comenzara "Pura coincidencia". A los veinte minutos ya empezaron a escucharse las primeras quejas, los primeros silbidos y las risotadas. No creo que le estuviese gustando a nadie lo que allí estaba pasando. Porque no pasaba nada, aparentemente. Y todos se aburrían porque no pasaba nada, a pesar de que durante todo el tiempo se advirtiese en una pantalla de que allí no iba a pasar nada. Así que el espectáculo no es un fraude pero ¿adónde va? ¿Es más que una buena idea? ¿Es una vuelta de tuerca demasiado forzada a la reflexión sobre el público? Bernat nos decía: vosotros sois el tema. Luego: sois muy aburridos como tema. Más adelante: ¿os dais cuenta cómo sois? Las expectativas que tenéis de ver un espectáculo no van a ser satisfechas. Y así muchas veces, hasta que empezaron los "insultos al público", muy al final, y la gente se empezó a levantar. Un chaval, de los modernos y poco aseados, que había sentado delante de mí gritó en plan coña: "pues a mí me ha gustado" y media sala se descojonó de la risas. En fin, no sé si a mí sí me gustó pero fue bueno estar allí y ver ese público que intenta analizar Bernat tan real, impertinente y descarnado.

De esto entre otras cosas hablé en el Diario de Sevilla ayer.